Espacios carentes de oportunidades, porque nos han hecho creer que como la peste que somos, la mano barata para el que está sentado de cuello y corbata. Estamos condenados a seguir con el mismo círculo vicioso.
Que las opciones son pocas y tienes que aferrarte a las que salgan, como a la batalla campal después que cayeran los dulces de la piñata en el cumpleaños de tu amigo de básica, que ahora anda rondando por la pobla, en búsqueda de cualquier moneda que pueda pillar en el suelo.
El micro documental: “La Pintana: Entre el índice y el corazón” relata con audacia y sin filtros, los pensamientos que florecen al ver esa realidad, la misma que salió a protestar porque tenía hambre y logro en gran medida que los políticos de este país apoyaran Proyectos de Ley como el reciente retiro de 10% de los fondos de AFP.
Su creador, Matias Tapia me comenta:
“En mis memorias hablo sobre ese documental, hay cosas que salieron de ahí y que dan camino a realizar Pasta (El documental que muestra el sub mundo de la pasta base en Chile). Desde inspiración hasta personas que quise registrar y entre el tiempo entre los trabajos murieron…”
“Un entorno tapado en basura, envidia, mierda fresca, olor a fonola, olor a traición, olor a corazón descompuesto, a consciencia con chinche”.
Realizado por Matías Tapia y Esteban Moya
Nombre en inspiración a una frase de Ebano.
Que en paz descanse el “Richichin”.
Aquellos cambios que hoy buscamos como sociedad sean concretos y eficientes, alejados de la corrupción y de la mediocridad; Salud, Educación y Equidad, con oportunidades para salir adelante…